martes, 10 de septiembre de 2013

El juego espontáneo

Los niños no juegan para entretenerse, ni para dejarnos tiempo, sino porque es el medio por el que comprenden cómo es el mundo y se integran en él. Jugando desarrollan sus aptitudes físicas, su inteligencia emocional, su creatividad, su imaginación, su capacidad intelectual, sus habilidades sociales y al tiempo que desarrollan todo eso, disfrutan y se entretienen
El niño toma posesión de su propio cuerpo y progresa en el conocimiento del mundo que les rodea. Sus primeros juegos se basan en la imitación. Los niños juegan a desempeñar las mismas actividades que hacen los adultos, adquiriendo  habilidades útiles para su vida. Son capaces de crear símbolos a partir de cualquier cosa -una caja de zapatos puede ser un camión, y un rato después una casa de enanitos- y sus creaciones son plenamente reales para él. Los juguetes demasiado "acabados" reducen sus posibilidades de imaginar y simbolizar a partir de formas básicas.
Su imaginación continúa desarrollándose, de forma que no sólo crean objetos, sino también historias con un hilo argumental cada vez más elaborados.
Las cualidades que se desarrollan durante estas etapas infantiles son el fundamento mismo sobre las que se asienta la capacidad de materializar y llevara cabo capacidades más complejas e incluso el trabajo de adulto. "Aquellos que se toman el juego como un simple juego y el trabajo con excesiva seriedad,no han comprendido mucho ni lo uno ni lo otro", afirma H. Heine. Este tipo de juego es la base sobre la que se despliega cualidades superiores como la imaginación, la creatividad, la perseverancia en el esfuerzo-
 
 

 















 

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